A veces, cuando más lo necesitas, llega algo que parece nuevo, que parece brillante y con gran banda sonora, que parece una sorpresa bien envuelta...pero...que sabe a casa, que sabe a palomitas en el cine, a pipas en el parque, a pasodoble en la plaza del pueblo...y es que hay veces que eso que suena a nuevo es lo que has tenido siempre a mano, y de tan a mano que lo sientes, lo dejas en barbecho...hasta que tropiezas de nuevo y no entiendes por qué lo dejaste tanto tiempo añorándolo de esa forma...

La crisis en nuestras cuentas, hojas excel para controlar el gasto, pactos con el casero para impedir subidas, escándalo porque Zara empieza a parecernos que se sube a la parra, 400€ para pasar el mes y alimentarme, bonus que amenazan lluvia, sueños de prejubilación de una jovencita enganchada a Facebook desde su nuevo iphone (nena, no das el perfil de una prejubileta!!)..., regímenes varios mientras nos ponemos ciegas...

Y una sorpresa, mi tocaya, que le cuesta arrancar pero en seguida nos saca tres cabezas, con una vitalidad aplastante que nos deja a todas secas en boxes, con pasiones recientes resueltas con dos orejas para la niña y que se te cuela en el alma en tres o cuatro frases con regustillo argentino que me recuerdan a largas jornadas de confidencias en un diván cualquiera...
Gracias amigas mías, por saber que siempre seguiremos reencontrándonos y abrazandonos entre risas en un restaurante madrileño cualquiera (mientras sea apañado, claro está, que aún queremos estrenar unos zapatitos de vez en cuando...)
Me ha gustado mucho el post, desde hoy te sigo.
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