
Agarraos al desayuno sin prisas con el periódico tiñéndonos las manos, al libro leído en el metro, a las riñas con vuestra hermana por una camiseta robada, a la llamada de vuestra madre para contaros cuánto ha subido el pan, al paseo el domingo por la mañana hasta el mercado, al sonido de las gaviotas gritando en la ventana, a la sonrisa de unos mellizos al escucharse uno al otro, al ronquido de tu chico cada noche, al cabreo en tiempo de bonus...agarraos a la maravillosa rutina de una vida sin tropiezos, que la vida es jodidamente puñetera a veces y luego jode mirar atrás y sentir que nunca lo valoraste suficientemente...