Dos rombos

Cuando era una nenita mis padres sólo me dejaban ver dibujos animados, poco a poco llegaron las series de niños, las pelis familiares...y un día llegaron los rombos...Muchos de vosotros posiblemente no llegasteis a vivir esa época, pero suponía una frustración cada vez que, una vez transcurridos 2 minutos de una película o serie tremendamente intrigantes, aparecían en la esquina superior derecha dos rombos que significaban que no era una película o serie adecuada para niños, así que mis padres me miraban y decían...pato...a la cama!! Mierda, esta parecía de las buenas...

Así que durante una buena época de nuestra vida las historias que vimos eran historias simples, y sobre todo, con final feliz. Y joder, la vida no tiene nada que ver con eso...quién nos iba a preparar para lo que nos venía encima??? apuesto a que los chavales que ven hoy "Física o química" nada les pillará por sorpresa...hombre, que entre el blanco y el negro hay muchos grises, pero sinceramente, creo que flaco favor me hicieron mis padres...

Y es que qué pasaba en las historias que me dejaban ver? los buenos ganaban, la protagonista se enamoraba y siempre era correspondida, el patito feo se convertía en un cisne, los partidos los ganaban los jugadores limpios, las cosas se solucionaban dialogando, el esfuerzo se valoraba, la chica se ponía guapa y su príncipe aparecía, las familias se llevaban de muerte...

Y qué coño tiene que era eso con la vida real???? nada de nada!!!! en la vida real ganan los que tienen contactos, en la vida real esta protagonista se declara y él se asusta y se escapa, el patito feo sigue siendo simplemente un patito feo, los partidos los ganan los que se tiran en plancha, las cosas se obvian para no enfrentarse a nada, la gente cree que trabajar duro es de pringaos, te pones preciosa y el príncipe no aparecen pero te acosan las ranas, en la vida real cuecen habas, habas y todo lo que queráis echar a la cazuela.

Cuando los rombos dejaron de aparecer disfruté por un tiempo de ver historias reales, desgarradas, intrigantes, películas de terror y series médicas con finales amargos capítulo sí capítulo también...

Y qué pasa cuando la vida se convierte en una serie desgarradora, en una peli de perdedores, en un cuento sin final feliz? que decido ver series vacías como Gossip Girl en la que me fijo en los estilismos de Serena o Blaire o me enamoro de Chuk porque por amor pasa de ser malote a un hombre increíblemente sensible, series de humor histriónico como Aida (y cuidadito, que como se ponga triste Luisma lo dejo de ver), películas de sexo sin amor en las que los protas acaban locos el uno por el otro, o películas de magos con cicatrices mágicas que siempre ganan contra el malo...elijo escenas en las que la protagonista confiesan que les encanta esa persona especial y él responde con una sonrisa y la besa y se van de la mano, escenas en las que los amigos nunca discuten porque no les merece la pena, escenas en las que las risas rebotan en la pantalla sin parar, escenas en las que el perro reconoce a su amo, escenas en las que el equipo débil gana al fuerte por aprender a jugar en equipo y que ninguno sea la estrella, escenas en las que antes creía firmemente...escenas que hace demasiado que no vivo en primera persona...

Soy una romántica en su sentido más amplio, mis amigos se ríen un poquito de mí, porque mi visión de la vida siempre es color pastel, siempre creo que todo tiene solución, que todo irá bien, que lo que se tuerce es porque espera algo mejor, siempre he creído en eso de poner la otra mejilla...nunca he ido de dura, nunca he mentido sobre lo que sentía por alguien, nunca he jugado al despiste...pero últimamente me cuesta demasiados disgustos ir de frente siempre, que empiezo a ser mayor para levantarme del suelo cada semana...

Así que...he decidido incorporar esos rombos en mi vida, y si veo que alguien o algo puede hacerme daño, que algo puede asustarme, o ponerme triste, que algo no es adecuado para que yo lo viva y salga indemne, voy a colocarle dos rombos a el/lo que sea y me iré a la cama. Buenas noches niños...